"Familia Albertiana" es un movimiento nuevo que desea compartir el carisma y la espiritualidad con los laicos


La bondad es lo que hago porque debo hacerlo, no porque no tenga más remedio.
¡VACACIONES DIVINAS!

Nos hemos ganado unos días de descanso y haremos bien en disfrutarlos. Algunas prácticas elementales nos pueden ayudar. Podemos empezar recordando las palabras de Jesús, pues parece que el primer interesado en nuestro descanso es Él.
"Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco"(Mc 6,31)

. Busca ratos para la oración y la relajación. Pasea. Goza con tus sentidos.
. Reza con los salmos. Refrescan los labios y el corazón de quien los recita, y expresan ante Dios toda experiencia humana.
. Lee. A poder ser, literatura y poesía. Déjate llevar por ellas en el Centenario de Miguel Hernández. Y si es literatura en el terruño, mejor. Si vas a Galicia, goza y pasea con Rosalía de Castro. Si descansas en Soria, recorre con Machado la ribera del Duero entre San Polo y San Saturio, y detente junto a los chopos del río, que en sus cortezas tienen grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas.
Delibes bien merece el homenaje de ser leído a los pocos meses de su muerte. Es un portento de sabiduría en medio de un mundo consumido por el consumo y los delirios de grandeza.
. Lee poesía. Es un déficit de la cultura de los españoles. Enamórate de alguno de nuestros grandes, y disfruta con la manera más sublime, la poética, de decir las cosas.
. Aprende y practica, en esas tertulias con amigos en los atardeceres de verano, el noble arte de la escucha y el diálogo. Disfruta con la verdad que hay en el otro, ofreciendo tu pensamiento con sencillez, sin intentar imponer tu verdad, que nunca suele ser la Verdad.
(Lucio Arauzo)