¡¡OTRAS ESCAPADAS!!

La última tentación es la de vivir buscando atajos, buscando nuestras comodidades y el camino más fácil. (Todo esto te daré si me adoras. Vía directa a la plenitud, no necesitas calvarios, no necesitas la cruz, adórame y ahórrate sufrimientos....). En definitiva, vivir como si las cruces no existieran. Evadirnos de los problemas, huir de ellos en vez de asumirlos para poder transformarlos en gracia.

Ay de aquellos que buscan únicamente los caminos llanos, que evitan cualquier esfuerzo, que se abandonan a la pereza o las satisfacciones más inmediatas porque estrecha es la puerta y empinado el camino de la plenitud verdadera.

Vivir asumiendo y acogiendo las propias cruces y dificultades será la condición para combatir la última tentación.

Podemos preguntarnos en este camino cuaresmal que iniciamos, ¿cuál de estas tentaciones tiene un peso mayor en mí? ¿Para qué combate me tengo que preparar especialmente?

Caminemos pero, con la confianza de que a pesar de las tentaciones e, incluso, a pesar de nuestras reiteradas caídas, también en nuestro camino hay siempre ángeles que salen a nuestro encuentro para sostenernos y para proveernos de su luz y su discernimiento.

¡¡¡A FAVOR DE LA VIDA!!!

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¡¡POSIBLES ERRORES!!
Tres tentaciones de las que, probablemente, todos podemos participar en mayor o menor medida y que Pablo Domínguez apuntaba en estos términos:

La primera tentación: vivir como si Dios no existiera, creernos que podemos resolvernos los problemas por nosotros mismos. Que todo está en nuestras manos. Vivir al margen de la Providencia de Dios. (Si realmente eres hijo de Dios... tú que eres todopoderoso, haz que estas piedras se conviertan en panes...).
Ay de aquellos que se fían únicamente de ellos mismos para hacer frente a los obstáculos, que creen que podrán controlar las situaciones prescindiendo de todos o que todo depende de lo que ellos puedan hacer o dejar de hacer, porque no todo está en nuestras manos, no todo depende de nosotros, no sólo de pan vive el hombre.... Hay muchas cosas, las más importantes de hecho, que están en manos de Dios, que Él se ocupará de contribuir a administrárnoslas. Vivir confiadamente en su Providencia será la condición necesaria para hacer frente a la primera tentación.
La segunda tentación es irnos al otro extremo y creernos que todo está en las manos de Dios y por lo tanto, hagamos lo que hagamos, él ya se ocupará de salvarnos. Vivir como si nuestra libertad no existiera y por lo tanto rehuir nuestras responsabilidades delegándolas a Dios o a los demás. (Si eres Hijo de Dios tírate que Él ya te sostendrá). Ay de aquellos que creen que el Buen Dios los sacará siempre del atolladero sin que ellos tengan que asumir su papel y sus responsabilidades. "A Dios rogando pero con el mazo Dando".
Vivir asumiendo la propia libertad y responsabilidad será la condición necesaria para hacer frente a la segunda tentación.
La vida en Dios nos pide un discernimiento constante para saber encontrar el equilibrio adecuado entre la voluntad de Dios, entre la Providencia, y nuestra libertad y responsabilidad. No siempre es fácil este discernimiento y a menudo lo tendremos que hacer con la ayuda de otros.

TIEMPO DE PERDÓN

CUARESMA
La cuaresma nos plantea a todos el valor sincero y leal de examinar la manera de ser, de ver dónde nos encontramos, lo que queremos, lo que entendemos como vida cristiana. Se trata de un camino de conversión que conoce quien lo recorre, “Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). Convertirse a Dios, entrar en lo profundo de uno mismo, pues vivimos a menudo amarrados por las actividades, la dispersión y las prisas. De ahí que el gesto de marcar la frente con la ceniza nos recuerda la debilidad y la necesidad de convertirnos para acoger a Jesucristo y la belleza de su Evangelio con un corazón renovado.

¡¡¡MAGNÍFICA JORNADA DE ESPIRITUALIDAD IGNACIANA EN MADRID!!!
En un ambiente increíble de alegría, de deseo de paz, de encuentro con Dios y de compartir transcurrió esta jornada que nos ha dejado a todos llenos. Ha sido un "nuevo" paso en nuestro caminar en el MFA. Trasladarse desde Palma, Barcelona, Granada, Bilbao y Valencia, sin duda, ¡¡ha merecido la pena!!