Cada año, la elección de los evangelios nos
hace seguir una progresión en los 4 domingos de Adviento:
- El primer domingo nos orienta hacia la Venida del Señor al final de la
historia y el mensaje es el de la
vigilancia.
- El segundo domingo está centrado en la figura de Juan Bautista y el
mensaje es el de la paciencia y de la
preparación activa para la Venida del Señor.
- El tercer domingo, también centrado en el Bautista, nos orienta con más
fuerza hacia la persona de Aquél que viene; el mensaje es el de la alegría por su venida muy cercana.
- El cuarto domingo contempla el misterio de la Encarnación de Dios en
María; el mensaje: una preparación
profunda del misterio de la Navidad.
El Adviento no es, pues, una simple preparación de Navidad. Celebra a la vez la última Venida del Señor que dará todo su sentido a nuestra historia; pero también celebra al Señor que viene cada día a nosotros con una presencia muy real, pero que nos da la necesidad de Él, más fuerte y palpable.

Lo importante es vivirlo desde el corazón de Dios.

Nos deben animar dos convicciones. El hombre no ha
perdido su capacidad de ser más humano y de organizar una sociedad más
aceptable. Por otra parte, el Espíritu de Dios sigue actuando en la historia y
en el corazón de cada persona.
ADVIENTO ES CONSTRUIR UN PUENTE
ADVIENTO ES ECHAR CAMINOS
ADVIENTO ES ALEGRARSE
ADVIENTO ES CONVERTIRSE
ADVIENTO ES REZAR
ADVIENTO ES SABER QUE
¡DIOS QUE VA A LLEGAR¡![]()

ADVIENTO ES ECHAR CAMINOS
ADVIENTO ES ALEGRARSE
ADVIENTO ES CONVERTIRSE
ADVIENTO ES REZAR
ADVIENTO ES SABER QUE
¡DIOS QUE VA A LLEGAR¡