"Familia Albertiana" es un movimiento nuevo que desea compartir el carisma y la espiritualidad con los laicos


UN CAMINO DE CONVERSIÓN
La cuaresma nos plantea a todos el valor sincero y leal de examinar la manera de ser, de ver dónde nos encontramos, lo que queremos, lo que entendemos como vida cristiana. Se trata de un camino de conversión que conoce quien lo recorre, “Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). Convertirse a Dios, entrar en lo profundo de uno mismo, pues vivimos a menudo amarrados por las actividades, la dispersión y las prisas. De ahí que el gesto de marcar la frente con la ceniza nos recuerda la debilidad y la necesidad de convertirnos para acoger a Jesucristo y la belleza de su Evangelio con un corazón renovado. ¿Queremos que cambie el rumbo de nuestra vida? ¿Queremos que se transformen nuestra mente y nuestro corazón? ¿Queremos que nuestra vida gire en torno a Dios, a quien reconocemos como el centro y meta de nuestra existencia, y en torno a nosotros mismos con actitudes egoístas a las que sometemos a las personas y las cosas que nos rodean, es decir, al pecado en sí mismo?

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