"Familia Albertiana" es un movimiento nuevo que desea compartir el carisma y la espiritualidad con los laicos

EL ESPÍRITU EN NUESTRA VIDA

¡Ven Espíritu sobre mí y concédeme tus dones!

El don de la entrega
El Espíritu de Jesús Resucitado, que ha sido derramado sobre todos nosotros, es una fuerza, un dinamismo que nos pone en movimiento de entrega y autodonación. Dar la vida, entregarla como Jesús. Esa es la obra que el Espíritu quiere realizar en nosotros. No se trata en nuestros días de entregas heroicas, de martirios espectaculares. Todo es más sencillo y más sutil...Se trata de dar mi tiempo, mis capacidades, mis recursos personales, mi inteligencia, mi corazón en las cosas sencillas y hasta irrelevantes del día a día. La entrega no puede darse sólo en lo extraordinario. La autodonación se realiza en las cosas cotidianas y ordinarias de la vida. Don de la entrega. Don que nos hace salir de nosotros mismos, de nuestro pequeño mundo de intereses particulares, para hacer nuestros los intereses de Dios y de los hermanos, especialmente de los más pequeños y vulnerables. Don que nos invita a la gratuidad y a la generosidad. En eso consiste seguir a Jesús.
¿CÓMO Y EN QUÉ ME INVITA EL ESPÍRITU A ENTREGAR MI VIDA?¿DÓNDE ME SIENTO LLAMADO A ENTREGARME CON MAYOR GOZO?  (Dolores Aleixandre RSC)

El don de la fraternidad
El Espíritu nos invita a construir comunidad, a vivir en FRATERNIDAD, lo que significa ser transparentes, perder las defensas y exponernos a ser ayudados por otros a vivir el seguimiento de Jesús que libremente hemos elegido. Vivir así, desde el don de la fraternidad, nos hace estar alegres con la luz de Jesús Resucitado, y aunque no siempre podamos hablar de luz, sí podemos ofrecer gratuitamente la calidez y la lealtad de un amor que no nos pertenece, pero que nos habita. Somos fraternidad para la misión a la que nos envía el Espíritu que nos ha llamado.  La fraternidad anunciada e iniciada por Jesús de Nazaret pasa por la oposición a cualquier tipo de actitudes y estructuras generadoras de injusticia. El rostro de la fraternidad se expresa y celebra en la fiesta de las Bienaventuranzas que es tanto como vivir en armonía con los demás, compartir con todos, experimentarla alegría del perdón y la reconciliación y ser hombres y mujeres de mentalidad incluyente. El don de la fraternidad pasa por reconocer que no lo tenemos todo claro, pero que estamos ahí, disponibles y cercanos, para caminar junto a otros soportando preguntas, apuntalándonos mutua y fraternalmente la esperanza, horadando pacientemente la corteza del campo que esconde celosamente el secreto de un tesoro.
¿CÓMO Y DÓNDE ME INVITA EL ESPÍRITU A CONSTRUIR FRATERNIDAD?


El don de la fidelidad

Fidelidad a uno mismo, a la vida, al amor, a los valores del Evangelio, a los seres queridos, a la pasión por las cosas de Dios... Así es Jesús, y así es como el Espíritu quiere que seamos: hombres y mujeres fieles, con capacidad de permanecer en aquello que amamos y escogemos. El Espíritu que Dios nos ha entregado en su Hijo Jesús es fiel, siempre fiel: no falla a la cita, no deja en la estacada, no abandona a la primera, no tira nunca la toalla. Es este Espíritu el que nos ofrece el don de su fidelidad para la vida. Un don que ensancha en corazón y engrandece la existencia. La fidelidad, vivida desde el Espíritu de Jesús, nunca se convierte en pesada carga o insufrible mandamiento. La fidelidades don, regalo, invitación para ser más auténticos y vivir más felices... Como Jesús.
¿A QUÉ ME INVITA EL ESPÍRITU A MANTENERME SIEMPRE FIEL?

El don de la libertad

 El Espíritu de Jesús nos grita hoy: “¿Por qué teméis, hombres y mujeres de poca fe?, levantad la vista, llenad vuestros pulmones, erguid la cabeza, abrid la sonrisa y dad la bienvenida a la vida. No temáis. Somos libres. Dios está literalmente de parte nuestra porque está con nosotros, y si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?...”Ahora sabemos que cada persona es sagrada y cada situación es gracia. Cuando amamos, nuestro amor asume unas veces la forma de consuelo y otras la del desafío que nos exige confianza para dejarnos llevar y dejar a Dios ser Dios. Un año, un adolescente escribió una carta al Espíritu pidiéndole que le trajera como regalo la libertad. Sobre su mesita apareció este manual de instrucciones para usarla:
Sólo te la he podido entregar en semilla: ocuparse de sembrarla es cosa tuya. Es algo muy delicado, no juegues con ella. No se te ocurra emplearla en contra de los demás. No tengas miedo ni te canses de ella a los cuatros días. No permitas que nadie te la robe. No te equivoques poniendo dentro de su caja otras cosas. Busca a alguien que te ayude a cuidarla.
El Espíritu, además de regalarte el don de la Libertad, también te ayuda a encontrar salida en medio de gustos, deseos y caprichos que no te permiten ser del todo libre.
¿CÓMO Y DÓNDE ME INVITA EL ESPÍRITU A CRECER EN LIBERTAD?



El don de la verdad:

El don de la VERDAD es:
•La sabiduría que nos ilumina sobre el verdadero valor de las personas, de la creación y de las cosas con las que nos topamos día a día, para encontrar en ellas “su rayo de luz” y lo precario de ellas.
El consejo que nos permite discernir y aclarar el sentido creyente y profundo de las cosas y los acontecimientos. Sin el consejo del Espíritu nos perdemos y nuestras decisiones son engañosas y manipuladas por la mentira y la injusticia.
•Es inteligencia que nos mueve y ayuda a distinguir lo verdadero de lo falso
desde los ojos del Reino de Dios.
Así, el Espíritu impulsa a la comunidad a un conocimiento siempre mayor y mejor del bien, de la vida, de Jesús y de su Reino.
 ¿CÓMO Y DÓNDE ME INVITA EL ESPÍRITU A VIVIR EN LA VERDAD?

 El don de profecía:
¿Qué tipo de profetas estamos hechos? ...El Espíritu me envía a predicar a aquellos que se encuentran más libres de carga, a los que no viven instalados en la comodidad, a los que siempre tienen tiempo para los demás. A los que no necesitan ningún teléfono móvil para estar realmente conectados con Dios y con la gente. A los que no necesitan televisor para darse cuenta de que en este mundo, además de belleza, hay dolor e injusticia.  
Los profetas son gente sencilla, abierta y sensible, conectada y despierta a la realidad, libre y enamorada de la vida...Dios nos envía a ser testigos, nuevos profetas acompañados por la llama y la brisa de su Espíritu. (D. Aleixandre)
¿CÓMO Y DÓNDE ME INVITA EL ESPÍRITU A SER PROFETA HOY?

El don de fortaleza:
Vivimos llenos de cosas... pero también de miedos, de frustraciones, de complejos e inseguridades. Y pretendemos huir de la dificultad, cuándo ésta nos ayuda a superarnos. Y rechazamos siempre el sufrimiento, cuando éste es a menudo ineludible pues forma parte de la vida y nos enseña su significado más profundo. Sí... corremos el peligro que vivir agazapados, empequeñecidos por el poder de nuestra debilidad. El Espíritu es fortaleza y nos da siempre energía y vitalidad. Él nos empuja, nos levanta, nos sostiene para que seamos capaces de seguir caminando, de seguir siempre hacia delante y como dijo Jesús: ir en su nombre y enseñar su amor a todos los pueblos y a todas las naciones.
La fortaleza del Espíritu es un don que está vivo, que crece día a día en nuestro interior y que siempre, siempre nos acompaña, está con nosotros. (D. Aleixandre)

¿CÓMO Y DÓNDE ME INVITA EL ESPÍRITU A VIVIR CON FORTALEZA?

1 comentario:

  1. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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