(Joan Chittister)
"Nada hay verdaderamente grande y permanente fuera del bien"
(M. Alberta)
POR QUÉ CANTAMOS (fragmento)
Usted preguntará por qué cantamos…
cantamos porque el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y poque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta.
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza
Mario Benedetti


¡DEJARSE LLEVAR POR EL VIENTO DEL ESPÍRITU!
Pero sólo el hombre humilde y obediente que deja espacio libre al Espíritu, es quien se deja llevar por esta ventolera de Pentecostés.
Desde la Ascensión hasta Pentecostés, toda la Iglesia invoca la venida del Espíritu Santo, como lo hizo la comunidad de Jerusalén reunida alrededor de los apóstoles, los discípulos de Jesús y de María. En la semana que nos prepara para Pentecostés recordamos los siete dones del Espíritu Santo, encarnados en algunos testigos de hoy.
Los dones del Espíritu. Leer...
ACUÉRDATE

Acuérdate... esta noche, acuérdate de los corazones solitarios
que no tienen a nadie a su lado...
Y recuérdame que me pusiste aquí... para acompañarles.
Acuérdate... procura acordarte de los corazones resentidos
que no tienen fuerzas para perdonar...
Y recuérdame que me pusiste aquí... para ser instrumento de paz.
Acuérdate también, acuérdate de los corazones heridos y rotos
que han perdido la confianza en sí mismos...
Y recuérdame que me pusiste aquí... para dar esperanza.
Acuérdate, por favor , acuérdate que somos hijos queridos tuyos...
Y recuérdame que tu Hijo Jesús de Nazaret nos enseñó a llamarte... ¡Padre!

SALTA DE GOZO
Salta de gozo, alégrate con todo tu ser.
Mira: el cielo y la tierra están llenos de fuerza de Dios.
Los grandes y poderosos miran y no ven.
Los sencillos, los humildes se regocijan:
Dios se revela a los de corazón pobre
y se esconde de los que buscan aparentar.
"Con la protección de la Virgen, todo resultará bien" (M. Alberta, P.315)
Más, en el apartado de ORACIÓN.