¡Felicidades! por aquel 23 de abril en que Alberta Giménez se hizo cargo del Colegio de la Pureza, con el que se inició toda un nueva aventura, y por nuestro 23 de abril en el que podemos observar la realidad desde la distancia.
La vida de la Madre perdura en nosotros, laicos y religiosas. Nosotros somos el rostro de ese carisma de Pureza de María que necesita encarnarse, comunicarse y expandirse...
El espíritu valiente y sin miedos (tan pascual) de nuestra Fundadora, su afán luchador, su elección de o mejor y más conveniente, su aceptación plena de la Voluntad de su Dueño y Señor, su espíritu familiar, amable y cordial, su mente prodigiosamente abierta, sin bloqueos, nos animan a seguir en este mundo tan light.
Que Él siga intercediendo para que nuestros caminos y nuestras intenciones sean rectas y no escatimemos nada para hacer el bien a todos, aún a costa nuestra, con la ilusión y la esperanza cierta del amor de Dios.
"Quiero permanecer con Cristo resucitado viviendo con él una nueva vida" (M. Alberta)
¡Felicidades!
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