ITINERARIO CUARESMAL


Pincha en
el cuadro de cada día...

¡¡POSIBLES ERRORES!!
Tres tentaciones de las que, probablemente, todos podemos participar en mayor o menor medida y que Pablo Domínguez apuntaba en estos términos:

La primera tentación: vivir como si Dios no existiera, creernos que podemos resolvernos los problemas por nosotros mismos. Que todo está en nuestras manos. Vivir al margen de la Providencia de Dios. (Si realmente eres hijo de Dios... tú que eres todopoderoso, haz que estas piedras se conviertan en panes...).
Ay de aquellos que se fían únicamente de ellos mismos para hacer frente a los obstáculos, que creen que podrán controlar las situaciones prescindiendo de todos o que todo depende de lo que ellos puedan hacer o dejar de hacer, porque no todo está en nuestras manos, no todo depende de nosotros, no sólo de pan vive el hombre.... Hay muchas cosas, las más importantes de hecho, que están en manos de Dios, que Él se ocupará de contribuir a administrárnoslas. Vivir confiadamente en su Providencia será la condición necesaria para hacer frente a la primera tentación.
La segunda tentación es irnos al otro extremo y creernos que todo está en las manos de Dios y por lo tanto, hagamos lo que hagamos, él ya se ocupará de salvarnos. Vivir como si nuestra libertad no existiera y por lo tanto rehuir nuestras responsabilidades delegándolas a Dios o a los demás. (Si eres Hijo de Dios tírate que Él ya te sostendrá). Ay de aquellos que creen que el Buen Dios los sacará siempre del atolladero sin que ellos tengan que asumir su papel y sus responsabilidades. "A Dios rogando pero con el mazo Dando".
Vivir asumiendo la propia libertad y responsabilidad será la condición necesaria para hacer frente a la segunda tentación.
La vida en Dios nos pide un discernimiento constante para saber encontrar el equilibrio adecuado entre la voluntad de Dios, entre la Providencia, y nuestra libertad y responsabilidad. No siempre es fácil este discernimiento y a menudo lo tendremos que hacer con la ayuda de otros.